Afrontando la pandemia. Parejas confinadas por separado
Existen, a grandes rasgos, dos posibles escenarios: uno en el que la pareja esté bien y otro en el que esté pasando una crisis. A continuación proponemos 10 consejos para cada situación.
Si la pareja está bien, se podría pensar en el confinamiento como una oportunidad para reflexionar sobre la relación y fortalecer-la:
- Estableced unas rutinas para mantener el vínculo aprovechando las videollamadas, durante las cuales se pueden ver y oír. Pueden definir y planificar los tiempos de pareja y los individuales. Por ejemplo, si están en el mismo país o bien la diferencia horaria no es muy grande, pueden compartir las comidas a distancia, comunicándose mientras comen. También pueden programar actividades de ocio, como por ejemplo ver una serie o una película o leer un libro por separado y comentarlo juntos.
- Desarrollad el ritual de comentar cómo ha ido el día tomando una infusión, por ejemplo. Sería bueno que un rato lo dedicaran a escuchar que tiene el otro por decir.
- Anticipad que el hecho de que podrá haber momentos en los que, por el estrés que comporta el confinamiento, se produzcan malentendidos. Si cuando se producen muestran empatía en lugar de estar a la defensiva, los podrán resolver mejor.
- Reconoced que la crisis por el coronavirus nos afecta de manera distinta a cada uno por un cúmulo de circunstancias diferentes. Nadie lo está viviendo de la misma manera.
- Revisad los puntos fuertes de la relación. Recordaos mutuamente las pequeñas -o no tan pequeñas- cosas que hace el otro durante la convivencia normal. Aquellas cosas que os conmueven especialmente, que os hacen sentir cuidados y amados. Expresarlas de manera concreta es algo que no hacemos habitualmente y que siempre resulta agradable de oír.
- Identificad si hay alguna necesidad que hará falta afrontar, poniéndola sobre la mesa. Decidan si hace falta encontrar un momento para hablar de ello en tranquilidad durante el confinamiento o bien si es más conveniente dejar-lo para más adelante, cuando puedan estar juntos.
- Realizad actividades conjuntamente, como ordenar recuerdos comunes, por ejemplo, fotografías, y planificad actividades de ocio al aire libre para cuando se acabe el confinamiento.
- Comenzad las conversaciones con comentarios positivos y agradeciendo las pequeñas cosas agradables que estén sucediendo, intentando que la conversación no esté centrada en el coronavirus ni en el confinamiento.
- Dedicad, en caso de tener niños o adolescentes a cargo, un tiempo para hablar de como se puede mantener el vínculo con los que no están conviviendo en casa en ese momento.
- Evitad, sobre todo, buscar para sus problemas un apoyo emocional de los pequeños en momentos difíciles. Ya están sufriendo bastante con el confinamiento. En el caso de necesitar apoyo, pedid ayuda a un profesional.
Si la pareja había estado mal, en crisis, antes del confinamiento por separado, con tensión y discusiones, esta puede ser una oportunidad para reflexionar y hacer algo al respecto.
- Reconoce o se consciente de que cuando se está en una dinámica de conflicto existe una tendencia a ver más lo que hace mal el otro. Esta separación obligada podría ser “terapéutica” si se aplican los remedios adecuados.
- Busca la parte positiva de todas las situaciones. Sabemos que el confinamiento afecta más a los que se sienten atrapados o se obsesionan con pensamientos negativos.
- Empieza por una autorreflexión. ¿De qué manera contribuyes a la dinámica negativa? ¿Estás a la defensiva? ¿Os criticáis mutuamente? ¿Te muestras hipersensible o juzga? ¿Te quejas en vez de hacer propuestas? ¿Muestras suficiente empatía por lo que hace la pareja? ¿Generas un ambiente negativo con tu actitud? ¿Has aumentado el consumo de alcohol, autogenerando una visión más negativa de la situación?
- Parad la escalada del conflicto y decidid esperar a cuando sea un buen momento para hablar de ello, con la premisa de que pararéis la conversación cuando sintáis que estáis entrando en una dinámica negativa. Recordad que la prevención es la clave. Sabéis perfectamente que pasará si continua la escalada. Por ello es importante hacer un “time out”, una pausa y que cada uno se relaje, por separado. No se debe pensar en rebatir argumentos, ni en como ganar la discusión. Quién pida la pausa es responsable de volver a la conversación
- Cerciónate de hacer comentarios positivos y agradecer esas pequeñas cosas agradables cuando se conecten.
- Reconoce que, en estos momentos complicados, existe una vulnerabilidad y puede herir los sentimientos del otro con más facilidad.
- Sepas que airear los resentimientos no tiene ningún efecto catártico, sino que cuando estalla en un ataque de ira sólo agrava la situación.
- Expresa de manera asertiva sus sentimientos. Guardad para uno mismo lo que nos hace rabia nos hace daño también y puede comportar malestar emocional, ansiedad, depresión y deseo de aislarse.
- Identifica lo que genera conflicto. Los temas más frecuentes son la gestión del dinero, el reparto de las labores en casa, algún mal recuerdo del pasado, las relaciones con la familia de cada uno, el tiempo de ocio o la sexualidad. Para cada tema hará falta una reflexión individual por escrito sobre lo que querríais antes de ponerlo en común. No se trata de escuchar las quejas mutuas sino de hacer propuestas compartidas de futuro.
- Buscad ayuda profesional. La terapia de pareja para reparar el vínculo o bien la mediación familiar para llegar a acuerdos en caso de superación.
RADIO 4, RTVE, REPORTAJE: El confinamiento separados – Mireia Moreno (30 marzo 2020)
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